NATURALEZA EN EQUILIBRIO. Por Luzmila Carpio.

21 de octubre de 2019

Inauguración Octavo Festival de Música Sacra

NATURALEZA EN EQUILIBRIO

Palabras de LUZMILA CARPIO Canta-Autora Compositora Quechua Boliviana, durante el concierto inaugural del 8vo FIMSB 2019 “GRATITUD”.
Miércoles, 11 de septiembre de 2019.

En ese diálogo permanente que debe tener el hombre como parte de la naturaleza, también recibe mensajes de llamadas de atención a través de huracanes, sunamis, erupciones volcánicas, inundaciones; esto como mensaje de la Madre Tierra para recordarnos que no estamos dialogando con Ella.

No podemos pasar por alto estas voces fuertes de la Pacha Mama, no podemos vivir en desequilibrio ya que somos parte de una biodiversidad de microorganismos, plantas, animales cada vez más amenazados y relegados de su hábitat natural.

También, nosotros los seres humanos, la estamos maltratando mucho con incendios, como en este momento en la Amazonía; esto da a entender que no la estamos cuidando ni respetando.

Debemos recordarnos, sin cansancio, que desde que el hombre llegó a la faz de la tierra ha convivido con otros seres vivos (plantas y animales de las más variadas especies) y en lugar de aprender unos de otros los venimos ignorando, desconociendo sus sentimientos en esta interconexión intangible y sublime.

La necesaria observación de la naturaleza es suficiente para reconocer sus voces, sus lenguajes, sus penas, su gozo su vitalidad, porque somos parte de un todo armónico que permite que juntos desarrollemos conocimientos y saberes que son nuestro preciado legado, legado no sólo del hombre sino de todos los seres vivos que habitan esta tierra que nos acoge sin condiciones y nos permite disfrutar el regalo de vivir en libertad por lo ancho, amplio y colorido de su suelo.

Celebremos hoy, desde este encuentro del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá que están presentes de todos los continentes, la dicha de la convivencia con y en la naturaleza recordándonos el privilegio del «Respirar» como don preciado y colectivo de todos los seres vivos que habitamos está tierra, siempre fecunda, y que nos permite existir, para crear, para amar, no para destruir ni enfrentar.

Por eso recojo las voces amables de la Tierra, a través del canto de los pájaros, el sonido del viento, el murmullo de las aguas, el aire de las montañas, para recordarnos que la naturaleza tiene un legendario equilibrio que a toda costa debemos conservarlo. Solo recordemos la labor sagrada de las abejitas que con su obra nos regalan vida y nos enseñan a compartir su eterna bondad ya que en lo mejor de su obra se retiran para crear otras…

Este equilibrio debe ser respetado, sagrado y lo sagrado no sólo debe ser preservado, sino compartido, extendido, reproducido por medio de nuestras cotidianas obras desde nuestros rincones, desde el arte, la cultura, que son la voz de los pueblos universales y sin fronteras en esencia, por eso este tributo y agradecimiento a la Madre Tierra a través de mi canto, que no tiene más pretensión que provocar una mirada interior y reflexiva de nuestras obras en la eterna búsqueda del bienestar colectivo de todos los seres vivos.

Foto: Agencia EFE

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