David García: “La música tiene una posibilidad muy importante para que nuestra sociedad pueda cambiar hacia la paz”
Viernes, 29 de septiembre de 2023
“LA MÚSICA TIENE UNA POSIBILIDAD MUY IMPORTANTE PARA QUE NUESTRA SOCIEDAD PUEDA CAMBIAR HACIA LA PAZ”
DAVID GARCÍA
Un gestor de sueños. En cada nota de su labor, una melodía de humanidad. Un convencido de la capacidad del arte para transformar. Guardián de una antorcha creativa que busca desaparecer cualquier sombra de violencia. Hablamos de David García, director general de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Doctor en historia y magíster en Filosofía de la Universidad de Viena. En esta entrevista, García nos permite adentrarnos en la interesante órbita de la gestión cultural musical y su impacto en la sociedad colombiana. En esta conversación, García comparte detalles sobre el proyecto musical que comenzó en Bogotá y que ha llegado a transformar la educación musical en todo el país. El director nos brinda su visión profunda, destacando la importancia de los «derechos culturales» y el papel crucial que desempeña la música en la construcción de la paz en el país. Además, García comparte con nosotros conmovedoras anécdotas relacionadas con su padre, Raúl García, fundador y director de la orquesta durante 23 años, que revelan la influencia y la pasión que lo han impulsado a continuar el legado artístico de su familia.
Para empezar, nos gustaría que nos contara un poco acerca del proyecto musical que usted inició en Bogotá como un sistema de orquestas.
D.G.: A comienzos del año 2012 se comenzó a discutir en Bogotá la necesidad de empezar a implementar la “jornada completa”, que hoy llamamos “jornada única” y que pretendía volver a introducir la formación artística y en especial, musical, en los colegios públicos de Bogotá. Esta después se amplió a todo el país. En ese marco, comenzamos el 21 de abril de 2013 a desarrollar la formación musical desde la Filarmónica de Bogotá en algunos colegios de la ciudad, con dos mil niños. Ese grupo lo hemos ido ampliando en el curso del tiempo, este año estamos cumpliendo diez años y este programa hoy en día cubre alrededor de treinta mil niños en tiempo real y han pasado por ese programa aproximadamente doscientos cuarenta y seis mil niños. Lo que pretendemos con este programa es dar una formación integral a todo ser humano que incluya las artes. Por supuesto, de ahí han surgido talentos y ya tenemos algunas generaciones de ellos que decidieron estudiar música como una opción de vida y su carrera para el futuro.
La Orquesta Juvenil de Cámara de la Filarmónica de Bogotá ha sido una de las agrupaciones que más se ha presentado en el Festival del Música Sacra de Bogotá. Esta orquesta nació bajo su iniciativa, ¿Qué siente al oírlos diez años después y percibir ese nivel y madurez artística tan destacados?
D.G.: La Orquesta Juvenil de Cámara nació en el 2013 y la presentamos por primera vez en septiembre de 2013, en la inauguración de una estación de Transmilenio. Desde entonces, esta agrupación ha tenido un desarrollo musical supremamente interesante. Hoy en día tiene un director que es especializado en la Música Barroca, se llama Julien Faure. Es un músico muy destacado, toca el clavicémbalo, es director y, al mismo tiempo, está llevando a la agrupación a su especialización en el periodo barroco. Esta ha sido una de las agrupaciones que se ha presentado en el Festival de Música Sacra, así como también la Filarmónica Juvenil, que es un formato más grande, también el Coro Filarmónico Juvenil y por supuesto, desde el año 2013 que existe este vínculo, con la organización del Festival de Música Sacra y su directora Marianna Piotrowska, estuvo también la Orquesta Filarmónica de Bogotá en varios conciertos.
La democratización de la cultura y el enriquecimiento del papel transformador de las artes en la sociedad han sido dos propósitos por los cuales usted se ha empeñado. Para usted, ¿cuáles son las principales conquistas y desafíos frente a estos dos objetivos?
D.G.: Me gustaría anotar lo siguiente, hace varios años se hablaba de la democratización de la cultura y varios gestores en América Latina y en el mundo pensábamos y hablábamos en ese sentido. Ese concepto se ha transformado hacia otro lugar, como los derechos han sido progresivos y se ha profundizado en la conceptualización, hoy se habla más de “derechos culturales” que de democratizar. En ese sentido, la Filarmónica de Bogotá es una entidad que debe y tiene en su ADN, desde que nació, desde el momento que mi padre fue su director durante veintitrés años, se venía garantizando desde la Filarmónica los derechos culturales a los que tiene acceso cada ciudadano de Bogotá. Y en ese ánimo, la Filarmónica ha hecho muchas cosas, por ejemplo, conciertos: la difusión de toda la música universal; conciertos didácticos: para que los niños en los colegios pudieran escuchar esa música, lo cual significó en un gran sentido, la preparación desde esas décadas, para lo que estamos haciendo ahora. Aquí nadie comenzó de cero. Aquí todos vamos recogiendo el acumulado de todo el trabajo que han hecho músicos y gestores desde hace décadas. El periodo actual también ha sido muy especial, los últimos diez años, de la transformación institucional de la Filarmónica, donde pasó la orquesta de ser una, a ser varias orquestas de formación para jóvenes. Hemos creado unos espacios para que muchos músicos puedan tocar y tener la experiencia orquestal, o coral, o de banda de vientos, en las agrupaciones de la Filarmónica Juvenil, con lo que nosotros hemos concebido como un estipendio, un apoyo económico para todos, con el objetivo que puedan seguir ejerciendo su formación musical. Por otro lado, también creamos un programa que es supremamente importante: “Formación Musical”, donde hemos podido vincular alrededor de cuatrocientos músicos. La Filarmónica también ha estado aportando, sobre todo, en esta última década, donde el país ha discutido con mucho ahínco y fuerza la necesidad que termine la violencia, que termine la guerra. Este es un esfuerzo que tenemos que hacer todos. Además, es un mandato constitucional. En este orden de ideas, la Filarmónica ha estado muy presente en cada evento que se hace sobre la paz. La música tiene una posibilidad muy importante, como elemento de transformación cultural, para que nuestra sociedad pueda cambiar hacia la paz.
El ambiente musical en su hogar, con su padre Raúl García quien fue fundador de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y su director durante 23 años debió haber sido fascinante. ¿Podría compartir con nosotros alguna anécdota especial?
D.G.: Yo tengo varias anécdotas relacionadas con la vida de mi padre como fundador y director general de la Filarmónica durante 23 años. Pero diría que hay dos, de las cuales podríamos sacar fruto hoy en día. La primera es con los músicos de la Filarmónica de Bogotá, que conocía desde que tenía cinco años. Comencé en algún momento a estudiar violín con algunos de ellos, especialmente con el maestro José Arroyo. Esto me generó un vínculo muy fuerte con los músicos que ha sido muy importante para el desarrollo de la Filarmónica durante los últimos años. Donde no ha sido un trabajo solamente mío, no me abrogaría semejante proeza porque han sido muchas cosas las que hemos hecho. Creo que hemos podido hacerlo todos juntos. Tanto con los músicos, como con quienes trabajan en la parte administrativa, como quienes son gestores culturales. Entre todos hemos podido soñar colectivamente ese aporte de la Filarmónica a la sociedad colombiana. La otra, recuerdo cuando la Filarmónica tuvo un intento de hacer formación musical en los colegios, me acuerdo cuando asistí a un colegio en el sur de la ciudad y la Filarmónica estaba haciendo conciertos didácticos y yo me emocionaba mucho y me paraba en el podio del director a dirigir con la batuta. Pero más importante que eso, era que yo sentía que era muy importante que todos los niños pudiéramos hacer lo mismo. Yo creo que eso es lo que me ha llevado a mi a hacer lo que hago en la Filarmónica de Bogotá y en la vida.
Desde sus inicios, usted ha sido un gran impulsor y amigo del Festival de Música Sacra de Bogotá, ¿cuál ha sido el concierto que más disfrutado de este evento cultural?
D.G.: Considero en primer lugar que el Festival de Música Sacra es un evento muy importante en la vida musical de Bogotá. Su gestora, Marianna Piotrowska ha hecho enormes esfuerzos por financiar el Festival, por que vengan músicos del exterior, invitando a las orquestas. Lo que considero muy loable porque hacer un festival no es nada fácil, especialmente uno de música sacra que se relaciona con una parte de la historia de la música, que proviene desde la época de la edad media y muchas veces son repertorios poco conocidos. Por eso, considero que la Filarmónica de Bogotá debía y debe apoyar ese festival con sus agrupaciones. El Festival de Música Sacra también ha hecho una labor muy importante, dando a conocer al público colombiano artistas nacionales e internacionales que tocan ese tipo de música. Por otro lado, el concierto más memorable para mí es la “Misa Cubana”, esta es una gran obra del maestro José María Vitier, uno de los mejores compositores de América Latina. Esta es una composición muy especial que tiene instrumentistas, que tiene cantantes y la recuerdo con especial afecto porque sucedió en un momento muy importante, porque fue el homenaje a los acuerdos que se iban a firmar entre el gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las Farc. Fue un impulso, un evento internacional, lo organizamos con la Filarmónica principal y el Festival de Música Sacra, en la Catedral Primada de Colombia.
Por: Jorge Piotrowski
www.festivalmusisacra.com
@festivalmusicasacra
#bogotaesmusicasacra #FIMSAC